jueves, 29 de abril de 2010

Tan afilada es un arma como una palabra... falsa.

A veces la vida puede ser... -Y se quedaba pensando, esperando que sus propias palabras le sorprendieran-. Maravillosa... -Y las chinchetas que sujetaban su sonrisa se hincaban en su mandíbula. La agarraba de la cintura-. Te tengo a ti y no puedo pedir más...

Le regalaba un beso lleno de incoherencias. Un beso sin pasión es como no besar al sapo y sí a la rana. Y le daba igual. Le daba igual porque ya lo había perdido todo. Incluso lo importante.

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