miércoles, 31 de marzo de 2010

Miércoles de todo lo importante

Y si todo se pudiera resumir en un trayecto corto pero muy lento... ¿Qué sería un miércoles noche como este? ¿La vida entera que ha pasado y se termina?

Decía un buen pregón que hoy día, tener fe es muy difícil. ¿Y qué es la fe? Deberíamos preguntarnos en primer lugar cuando hablamos de esto. ¿Un dogma? ¿Una creencia? ¿Un ideario?... ¿Qué es? Quiero responderme y para ello cierro los ojos. Imágenes regresan a mi mente y pasan rápidamente en blanco y negro. Gente que llora y que reza en silencio y otra, que se aglutina en las esquinas y que intenta observar, como puede, la saeta que dedica aquel gitano de voz rasgada a ese Cristo que, alzado, toca el cielo y agranda los corazones de sus seguidores.

Y entonces ya puedo contestar. La fe es una fuerza. Claro, una fuerza que nos sostiene en las adversidades y que además, nos ayuda a realizar cosas admirables. Quien de verdad tiene fe, es capaz de todo. De todo porque sabe que al final de la vida, hay algo que le espera. Y hoy, esto que creo haber comprendido, lo voy a sentir. Lo voy a sentir más que nunca y estoy orgullosa. Orgullosa de haberme dado cuenta. Orgullosa de haberme dado cuenta de todo lo importante.

sábado, 27 de marzo de 2010

Sábado de nada

No tengo palabras. Ni días, ni horas, ni explicaciones para decirte que te quiero. Tan sólo un corazón. No sé si chico o pequeño, pero un corazón que quiere quererte sin querer a nadie más. Te quiero... ¿Lo escuchas? Es él, que te lo dice, que se vuelve loco pensando que estás escuchándole.

__

Que pasen una buena Semana Santa!

miércoles, 17 de marzo de 2010

Aire cargado

Él ya está despierto pero, sin embargo, no se mueve. No ha abierto los ojos. Está quieto. Quieto, quietísimo. Y no hace ruido. No quiere estropear ese cómodo silencio, esos suspiros de amor que se han quedado en el aire, que vuelan, transparentes y juguetones, por toda la habitación.

La mira y piensa que está aún más guapa que despierta. Su leve sonrisa, suspendida en sus labios, permanece inamovible. Parece haberse quedado dormida recordando un bonito recuerdo. ¿Pensando qué? Le encantaría saberlo, pero no se lo pregunta. No quiere preguntárselo. Por eso cierra los ojos y retorna, a su vez, una de las frases de aquella canción:

"El regalo más grande, es nuestro para siempre"


miércoles, 10 de marzo de 2010

Di que soy un pájaro

¡Venga Hugo!
Hay una chica que corre desenfrenada en esa plaza abarrotada de gente. Salta contenta. Feliz. Enamorada. Sin pensar en otra cosa, sintiéndose en paz, relajada y tranquila. Grita otra vez:
¡Venga Hugo, píllame! - y despliega sus brazos, simulando ser un pájaro que vuela en un cielo que es completamente azul en una tarde de abril.

Hugo suspira y sonríe divertido. Coge su cámara de fotos e inmortaliza ese momento sin que ella se de cuenta. Raquel está volando, quizá muy lejos de aquí, en otro mundo. Su melena clara, se eleva con ella. Los ojos los tiene cerrados y los brazos siguen siendo las alas de un pájaro imparable. Parece una foto de película. Hugo sonríe otra vez. Y vuelve a enfocar con su cámara. ¿Dónde se ha metido?. No está. Echa un vistazo a su alrededor.

Raquel se adelanta, rápido, como un chispazo de fotografía y abraza a Hugo por detrás.

-¡No te escapas! -dice abrazándolo aún más fuerte-.
-Me habías asustado, ¿eh? Por un momento pensé que te habías ido volando y que no volverías nunca más.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Demasiado-Rosana

''Sí, quiero''

Me levanto por la mañana y tarareo una canción. ¿Por qué siempre llevaré una canción en la cabeza? ¿Debería preguntármelo? No, creo que no. Retiro la pregunta y empiezo de nuevo: Me levanto por la mañana y tarareo una canción. Y no me importa cuál es, ni porqué mi subconsciente la ha elegido. ¿Por qué hay que darle explicación a algo que al menos, en esta vida, no tiene?

Salgo y floto entre sueños. Hoy es el día en el que todo me parece un poco más... perfecto. Las cosas han cambiado. Han cambiado mucho, la verdad. Pero estoy dejando mi lado paranoico en mi otro lado del sofá. Ya no pienso tanto. Quiero decir, ya no pienso tanto en cosas que carecen de importancia. He aprendido que el vaso puede estar lleno si yo quiero. He empezado a creer en la suerte y con eso, he dejado de considerarla el pretexto de los fracasados. Y si lo es, quiero ser una fracasada toda mi vida. ¿Quién no necesita suerte?. Yo sí la necesito. Yo sí, la quiero. Quiero a la suerte y a la casualidad. ¿Estoy cambiando? Tal vez. Pero la música no ha cambiado y eso me gusta. La batería sigue verde y eso me pone contenta. ''Demasiadas promesas en corrientes de aire. Demasiadas urgencias para nada importante" -Dicen los cascos-. ¿Hablan por mí las canciones? Oh no, ¡estoy madurando! Eso ya no me gusta tanto...

Vale, no. No estoy madurando. Una persona madura sin querer y casi nunca se da cuenta. Han dejado de gustarme las personas maduras. Vale, tampoco. Han dejado de gustarme las personas que dicen ser maduras y no lo son. Esas. Exacto. ''Demasiada cordura para tanto desastre" Qué bien hablas Rosana. Yo nunca lo hubiese cantado mejor que tú.

Me levanto por la mañana y tarareo una canción. Y aprecio sus detalles. Y escucho sus consejos.