miércoles, 31 de marzo de 2010

Miércoles de todo lo importante

Y si todo se pudiera resumir en un trayecto corto pero muy lento... ¿Qué sería un miércoles noche como este? ¿La vida entera que ha pasado y se termina?

Decía un buen pregón que hoy día, tener fe es muy difícil. ¿Y qué es la fe? Deberíamos preguntarnos en primer lugar cuando hablamos de esto. ¿Un dogma? ¿Una creencia? ¿Un ideario?... ¿Qué es? Quiero responderme y para ello cierro los ojos. Imágenes regresan a mi mente y pasan rápidamente en blanco y negro. Gente que llora y que reza en silencio y otra, que se aglutina en las esquinas y que intenta observar, como puede, la saeta que dedica aquel gitano de voz rasgada a ese Cristo que, alzado, toca el cielo y agranda los corazones de sus seguidores.

Y entonces ya puedo contestar. La fe es una fuerza. Claro, una fuerza que nos sostiene en las adversidades y que además, nos ayuda a realizar cosas admirables. Quien de verdad tiene fe, es capaz de todo. De todo porque sabe que al final de la vida, hay algo que le espera. Y hoy, esto que creo haber comprendido, lo voy a sentir. Lo voy a sentir más que nunca y estoy orgullosa. Orgullosa de haberme dado cuenta. Orgullosa de haberme dado cuenta de todo lo importante.

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